Taller de ludopedagogía con familias participantes en el proyecto de Promoción del Éxito Escolar

Veinticinco personas, entre padres, madres, hijos, hijas y voluntarios, participaron en la actividad, que trata de reforzar la intervención que se hacen el programa de promoción del Éxito Escolar.

Hijos e hijas, padres y madres compartieron  risas  y carcajadas, humor y amor,  juegos y complicidad, diversión y educación  en un taller de ludopedagogía, que organizó Cruz Roja Huesca para los niños que siguen el proyecto “Promoción del Éxito Escolar” y sus familias. La actividad, que se impartía por primera vez,  reunió el pasado viernes 7 de febrero en la sede de la entidad, a veinticinco participantes, entre pequeños y mayores  y, naturalmente,  voluntarios de la entidad, implicados en los temas de infancia y juventud.

  “Formad un corro y cuando yo diga ‘patos al agua’ todos tenéis que dar un salto adelante. Si digo ‘patos a tierra’, salto hacia atrás, y el que se equivoque…”,   “Ahora iré diciendo nombres de animales y vosotros…”,  “Vamos a jugar a la cueva del oso… sabéis cómo es?”  Fabián Tellechea y María Rivasés,  docentes especializados en ludopedagogía, dirigieron y dinamizaron el taller en el que durante dos horas y media hubo aciertos y errores, pero sobre todo  buen humor y muchas risas, que se podían escuchar en todos los rincones de la sede de Cruz Roja.

Esta actividad se ha integrado en la programación del proyecto “Promoción del Éxito Escolar” para niños en dificultad social en el que, además de reforzar los conocimientos escolares de los menores, se trabaja con la intervención y participación de las familias. En el transcurso del taller se logró que los participantes  recuperaran y revalorizaran  la capacidad de jugar en familia y en comunidad y disfrutaran con plenitud de las actividades recreativas y lúdicas, tanto individual como colectivamente. También se alcanzaron otros objetivos que se habían planteado, tales como lograr que los asistentes “pudieran reconocer al juego como elemento enriquecedor de la calidad de vida; vivenciarlo como una experiencia placentera de participación, vínculo, expresión, un espacio/tiempo donde crear y deshacer, experimentar, descubrir, transformar y transformarse”, explicó Nuria Sastre, técnica de Cruz Roja. También les permitió “conectarse con el lenguaje emocional, atendiendo, valorando y respetando la diversidad de las subjetividades; así como re-contactarse con el cuerpo, en sus posibilidades expresivas, comunicativas y de relación interpersonal y mirarse desde otro lugar, desde ese ‘estado alterado’ generado en la ‘realidad lúdica’, para luego poder reflexionar colectivamente sobre los aprendizajes y descubrimientos realizados durante el taller”, añadió la experta.

Y precisamente en esa reflexión final que se hizo fueron especialmente expresivos algunos comentarios de los participantes. Como el caso de una niña que restó importancia a lo que ella  se había divertido y destacó que le había hecho muy feliz ver que su madre había  podido jugar, algo que nunca había hecho  en su infancia ya que tuvo que trabajar desde pequeña.  

 La experiencia resultó tan positiva para todos los participantes, que ya se está estudiando la programación de sucesivos talleres de ludopedagogía.

 

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